El ex Ministro de Cultura y actual gerente del Centro de Innovación en Educación participó el 9 de diciembre en el ciclo de conferencias “Haciendo Educación”, oportunidad en la que analizó la labor de quienes lideran los establecimientos educacionales.
“Los Directores de Escuela pueden hacer la diferencia”, enunció.
A partir de esta afirmación, el experto se refirió al rol de los directivos en las escuelas del país y aseveró que ellos “pueden hacer la diferencia”. Según dijo, en aquellos establecimientos donde su gestión es eficiente, los alumnos alcanzan mejores resultados en la prueba SIMCE.
El experto se preguntó si esos casos responden a personas excepcionales o a trabajadores que cumplen un liderazgo que impacta positivamente en los docentes. En opinión de Weinstein, estas prácticas que influyen positivamente tendrían que ver con la forma de trabajo, la motivación entendida como ‘el compartir un propósito moral y ético’, con los docentes y con la supervisión adecuada de las habilidades y competencias de los profesores en el aula.
Un factor que influye positivamente en un colegio de buenos resultados académicos, dijo Weinstein, es que “los líderes tienen la función de generar confianza”.
La realidad de los directores en Chile
José Weinstein se refirió a los resultados del estudio “Liderazgo Directivo y Calidad de la Educación en Chile 2009-2011”, en el cual se caracteriza el liderazgo directivo en Chile y se explora su vinculación con los aprendizajes de los estudiantes.
Los resultados de esta investigación destacan la existencia de una sobrerrepresentación masculina en estos cargos, en tanto que el promedio de edad, en el sistema municipal, es de 57 años. Asimismo, el estudio detecta una alta formación académica de los Directores de Escuela: 70% de ellos tiene Diplomados de más de un año; 44%, Magíster y 4%, Doctorados.
“Es tres veces lo que sucede con los Directivos en Paraguay y dos veces en relación a Argentina”, señaló el expositor sobre este último punto, si bien cuestionó la calidad de esa formación y la “oportunidad” de la misma.
En este marco, Weinstein destacó un modelo canadiense de buenas prácticas para que un equipo directivo ejerza un liderazgo efectivo: mostrar dirección de futuro, desarrollar personas, rediseñar la organización y, la más importante, gestionar la instrucción que tiene que ver con lo pedagógico.
Es en este punto, dijo, donde los Directores de Escuela en Chile están en deuda.
“La gran debilidad de nuestros directivos tiene que ver con la gestión pedagógica que es la más importante”, señaló, a la vez de agregar que los modelos internacionales sugieren estimular la participación en redes con docentes de otras escuelas, con el fin de lograr un buen liderazgo.
Junto con lo anterior, Weinstein indicó que las atribuciones que se entregan a los directores no son suficientes para una buena gestión, ya que “los cambios no ocurren automáticamente, porque tienen que ver, por ejemplo, con cambios en los estándares”, sostuvo.
El desafío central sería entonces, “¿cómo se logra que los más motivados quieran estar ahí?” (en cargos directivos), a lo que el conferencista respondió: selección y evaluación, formación y entrenamiento, y estándares sobre lo que se tiene que ‘producir’”.
Finalmente, el invitado al ciclo “Haciendo Educación” señaló que en Chile hay 160.000 docentes y 8.000 Directores, por lo que lograr mejorar el trabajo de estos últimos, con resultados que se traspasarán a docentes y obviamente a los alumnos, es un camino más asequible y económico para mejorar la educación.
Colaboración Jimena Azócar, periodista Red ICI