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Entrevista Daniel Schwartz, Mejor Profesor Full Time CEIN 2015: sacando a los alumnos de la caja

Daniel Schwartz - mejor profesor full time 1Daniel Schwartz - mejor profesor full time 2Cuando Daniel le contó a su familia que había sido elegido mejor profesor, no podrían creer que hubiera ganado este premio enseñando estadística. En parte, ya que éste es uno de los dos cursos que dicta en pregrado, a los que suma uno de postgrado.

“La verdad es que lo paso bien enseñando”, declara Daniel de entrada, aproximación que va de la mano con toda una filosofía de enseñanza que va más allá de libros y conceptos.

Sobre cómo recibe este premio, Daniel señala que se siente sorprendido de recibir la distinción con la que el Departamento premia desde 1996 a sus docentes destacados y galardón que entregan en forma directa los alumnos.

“Un orgullo recibir este premio tan importante”, cuenta este ex alumno de la especialidad industrial que se unió al Departamento en julio de 2014 luego de terminar su Doctorado en Behavioral Decision Research en Carnegie Mellon University y desempeñarse como Research Fellow en la Escuela de Negocios de Wharton.

Desde entonces Daniel dicta dos cursos de pregrado, “Toma de decisiones y economía conductual” (de carácter electivo) y “Aplicaciones de probabilidades y estadísticas en la gestión” (obligatorio, versión primavera), a los que suma el curso de postgrado “Aplicaciones de economía conductual en políticas públicas” para el Magíster en Economía Aplicada (MagCEA) y el Magíster en Gestión y Políticas Públicas (MGPP).

Daniel Schwartz - mejor profesor full time

En todos aplica el mismo sello riguroso.

“En el curso de toma de decisiones hago pruebas casi todas las clases, a las 8:30 AM; se llaman ‘conceptual checks’ -el año pasado se llamaban ‘quizzes’- que los alumnos contestan a través del teléfono y revisamos inmediatamente para poder dar feedback”, ejemplifica Daniel.

Explica: “El cambio de nombre a ‘conceptual checks’ me lo sugirió un profesor de Columbia, ya que más que estar evaluando y preocupado por la nota, lo que me interesa es hacer seguimiento y ver si los alumnos están entendiendo los conceptos. También me importa mucho la parte de las habilidades que les entregamos; para mí ser puntual es importante, tanto como entregar las cosas a tiempo. Los estudiantes alegan, pero parece que ahora están medio sonados porque me eligieron mejor profesor”, ríe complementando que se trata de un curso que está lleno de aplicaciones, con distintas actividades lúdicas dentro de la sala de clases y con uso de tecnología.

En total, este académico tiene una media de 80 alumnos en su curso de estadística y 50 estudiantes en su curso electivo, para una demanda de más de 160 interesados, y un registro de 130 alumnos en el año 2015.


Intuición estadística
Al igual que en su curso de “Toma de decisiones y economía conductual”, Daniel también trata que su curso de “Aplicaciones de probabilidades y estadísticas en la gestión” sea lo más aplicado posible. Y esto no sólo en temas de gestión sino que también en tópicos de economía, políticas públicas y  marketing. Una aproximación variada que busca cubrir los distintos gustos de sus alumnos y tocar la hebra que les motive aprender estadística.

“Mi desafío en este curso es que tengan intuición estadística. Creo que las cosas que se estudian para el control y el examen se pueden olvidar, no así las herramientas que entregamos y que tienen que ver con cómo enfrentan los problemas”, describe.

Con este foco, Daniel, en conjunto a los auxiliares y ayudantes de este curso, implementó tareas con el desafío de resolver problemas “no estructurados”.

“Las primeras fueron especialmente complejas para ellos, pero la idea es sacarlos de la búsqueda de soluciones mecánicas”, cuenta.

-¿Algo así como sacarlos out of the box?
-Sí, imagina que la primera tarea que les di fue responder si es verdad que Chile tiene uno de los aranceles más caros del mundo. La mitad del curso trabajó con esta hipótesis y la otra mitad tenía que probar que esto no es así.

Independiente de la hipótesis que les tocó defender, los alumnos la tuvieron que examinar con datos, análisis y presentación gráfica.

“Se vieron enfrentados a una problemática real, con datos para sacar conclusiones en un tema que entiendo les importa. Independiente del resultado, lo que buscamos es que se dieran cuenta de qué datos podían utilizar, qué comparaban y cómo. En estadística uno tiene que aprender a hacer las comparaciones que corresponden”, concluye Daniel explicando que en el curso enseña a utilizar distintas herramientas para determinar causalidad.

Más allá de conceptos
En su curso de postgrado para el MagCEA y el MGPP, en tanto, Daniel trabaja con aplicaciones de economía conductual en políticas públicas.

“En este curso entiendo que los alumnos tienen otro tipo de inquietudes y mayor experiencia, y aquí básicamente nos dedicamos a analizar y discutir temas en base a papers. Los motivo en temas de interés público, entre otros, de salud, medio ambiente y jubilación aplicado a situaciones en Chile y Latinoamérica, sobre la base de herramientas de economía conductual”.

Agrega:
“El año pasado los alumnos sugirieron que el curso  se extendiera -es de mitad de semestre- y que las discusiones fueran más largas”.

-Eso habla bien de ti como profesor.
-Del curso, la verdad es que no me atribuyo muchas cosas personales. Voy sacando elementos de varios lados, incluyendo experiencias de otros profesores.

-Pero tú estructuras el curso y le das contenido.
-En estas cosas trato de no inventar mucho la rueda. Voy sacando elementos que me gustan de distintas experiencias. Fui Profesor Auxiliar en el curso de Economía Conductual en mi doctorado y siempre pensé que se podían hacer más cosas aplicadas como experimentos en la sala.

Una idea que Daniel ejecuta hoy en la práctica. Desde hacer lanzamiento de dardos para que se internalicen conceptos de regresión a la media hasta implementar el juego “Trato hecho”, conocido por los característicos maletines, que sirve para analizar modelos de decisiones bajo incertidumbre.

“Son cosas que al final no se olvidan y que van mucho más allá de enseñar un concepto en sí”, asegura.

-Hay investigadores a los que se les hace cuesta arriba hacer clases, ¿cómo ves estas dos actividades? ¿Se pueden compatiblizar?
-Así es, lo paso muy bien haciendo investigación y la mayor parte de mi tiempo lo dedico a eso. Sin embargo, también está la actividad docente que puede entregar mucho. El año pasado hice una inversión importante de tiempo en estos cursos, en armarlos y darles contenido.

-¿Te proyectas en docencia? ¿Te gustaría dictar más cursos?
-Dada la inversión que me significó armar los cursos que actualmente dicto quiero seguir haciéndolos durante algunos años y después encantado de emprender en otros. Más adelante podría participar en el MBA. Esto demanda tiempo.

Complementa:
“Los profesores tenemos el desafío de ver cómo nos enfocamos en el aprendizaje, algo que los alumnos agradecen mucho. Ellos, por su parte, deben aprovechar sus años de estudio en la universidad. Entiendo que les quiera ir bien, pero a veces se pierde el foco cuando los mayores problemas se centran en asuntos como las fechas de los controles y de entrega de trabajos. El punto está en que aprendan cosas que no están en los libros y ese es el desafío que tenemos como profesores”.

Daniel Schwarz - oficina

QUIÉN ES

Después de titularse como Ingeniero Civil Industrial de la Universidad de Chile, en 2004, Daniel realizó durante varios años consultorías en data mining y comportamiento del consumidor, luego de lo cual, en 2008, se fue a Pittsburgh, Pennsylvania, a hacer un Doctorado en Behavioral Decision Research, en Carnegie Mellon University.

“Terminé el doctorado en el año 2013 y luego trabajé como Research fellow en la Escuela de Negocios de Wharton, en la Universidad de Pennsylvania. Ahí continué mi investigación sobre economía conductual y toma de decisiones aplicado a temas de comportamiento del consumidor, políticas públicas, energía y medio ambiente. Además, en Wharton comencé a investigar sobre la toma de decisiones bajo incertidumbre, por ejemplo, en el ámbito de los seguros”, cuenta.

Complementa:

“Me proyecto en estos temas, así como en sus aplicaciones. Saber por qué la gente se comporta de determinada manera y entender cuáles son sus motivaciones para la toma de decisiones. Trabajo basado en un marco teórico aplicado a problemáticas del ‘mundo real’. Por ello, parte de mi trabajo es a través de experimentos”.

Daniel tiene 37 años, está casado con Dafna Benadof, dentista y doctorada en Salud Pública, y tienen dos hijos que nacieron en Estados Unidos: Evan, de 6 años, y Liliana, de 4.