Investigador de los grupos Localización y logística, y Smartcities del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), el actual Director del Departamento, Fernando Ordóñez, dirige investigaciones que, utilizando Teoría de Juegos, buscan mejorar la planificación de la seguridad, considerando que el adversario o delincuente puede estudiar el lugar que se está protegiendo.
Para planificar las patrullas de seguridad de cualquier servicio es necesario ver al adversario como una persona inteligente y estratégica, capaz de estudiar el lugar que se está protegiendo y que también elaborará su propia estrategia que lo ayude a atacar en el mejor momento, tratando de eludir los sistemas de seguridad. Si se sigue un patrón en la planificación de la seguridad de un lugar determinado, vigilando en puntos clave, es muy probable que el adversario buscará otros puntos desprotegidos para lograr su objetivo.
“Si proteges distintos puntos, las probabilidades de enfrentar a un adversario bajan. Por ejemplo, si un ladrón quiere entrar a robar a una casa y sabe que el guardia está el 50% del tiempo en un punto de la casa, y el 50% en otro, éste va a preferir arriesgarse y entrar por el lugar en que hay más cosas de valor, donde -a modo de ejemplo- puede obtener un 20% más de beneficios económicos”, explica Ordóñez.
Lógica y estrategia
Utilizando algoritmos como base, creados por un grupo de estudiantes, postdoc y destacados investigadores como Milind Tambe, de la Universidad de Southern California, desde el año 2007 implementan en Estados Unidos un sistema que evalúa las frecuencias y ubicación estratégica de patrullas en el aeropuerto de Los Ángeles. Primero realizan una selección de los vuelos internacionales y trasatlánticos que son patrullados por Federal Marshals, y luego se organiza el patrullaje de los puertos a cargo de la guardia costera.
Durante estos últimos años en el país, Ordóñez ha aplicado esta metodología en un trabajo conjunto con Carabineros de Chile de forma de diseñar estrategias para patrullar zonas riesgosas y aisladas.
Teoría de Juegos
El investigador explica que hoy existen muchos trabajos de investigación en seguridad que usan Teoría de Juegos, para ver la interacción que se produce entre la policía y los criminales. Se asume que si estos últimos tuvieran una mejor alternativa o encontraran algo que les reportara mayores beneficios durante los atracos, no se dedicarían a delinquir. Siguiendo esa lógica, detalla Ordóñez, hay que buscar la manera de hacer “más costoso” su delito. Una forma tradicional de lograrlo es aumentando la pena de cárcel. Sin embargo, el algoritmo que han desarrollado propone una forma complementaria aumentando la probabilidad de captura, con políticas de patrullaje aleatorias y poco predecibles para el adversario, así como más eficientes.
“Gracias a los patrones de delitos históricos, hoy se sabe que hay puntos más atractivos y fáciles que otros. Los modelos de seguridad tradicionales se enfocan en proteger esos hot spots ante todo”, comenta.
Agrega: “La innovación de este trabajo consiste en que en la planificación de las patrullas considera que las personas que delinquen son inteligentes y que, por lo tanto, van a buscar otra forma de conseguir su objetivo con mayor probabilidad de éxito”, dice.
Por otra parte, planificar la seguridad tiene la dificultad adicional logística.
”Siempre te estás enfrentando a problemas de asignar pocos recursos para muchos lugares. No es posible tener patrullas las 24 horas a lo largo de todo el territorio, por lo que hacer una planificación aleatoria y estratégica es crucial”, afirma el ingeniero y doctor en Investigación Operativa del MIT señalando que hay que escoger hacia dónde enviar los recursos.
“Si esa elección se hace de tal forma que se maximice el beneficio, la solución óptima es única, va a ser una fija y determinística. Esto es muy malo si el adversario lo nota porque en ese caso cambia de territorio”, asegura.
Hoy, lo que el modelo de Ordoñez busca es incluir el mecanismo en que el adversario decide una alternativa de acuerdo a lo que le conviene según su observación, pero aumentando su nivel de incertidumbre, o sea, no permitirle tener la certeza de que una opción es muchísimo más segura que la otra. La idea es que la forma de asignación de los recursos para la seguridad no sea fácil de vencer. Debe ser entonces impredecible y buena, y esas dos cosas se logran con este modelo.
Fuente: Comunicaciones ISCI