Después de 12 años en Estados Unidos, Andrés Liberman, egresado de la especialidad industrial en el año 2004, vuelve a Chile. La pandemia lo encontró en Nueva York, ciudad en la que vive desde el año 2008 y que hoy sufre los embates de la emergencia sanitaria transformada en el epicentro del COVID-19.
Desde entonces Profesor de Finanzas de New York University -cuando partió era Profesor Instructor del Departamento y antes de eso había trabajado en JP Morgan-, Andrés cuenta que en agosto regresa a Santiago para hacerse cargo del área de Data/Analytics de la startup Burn to Give.
¿Qué lo decidió a cambiar la academia por la industria?
“Es una oportunidad única. Me uno a una empresa que se está metiendo de lleno en health tech. Específicamente, en la intersección de lo que llamamos “wellbeing” en varias dimensiones (mental, emocional, física) con la Responsabilidad Social Empresarial y con el bienestar de los empleados”, cuenta Andrés.
Un producto, agrega, que es muy atractivo, que tiene mucho potencial de impacto, que cuenta con un equipo de trabajo de primer nivel,” y un muy buen match del trabajo en sí”.
Mientras llega el momento de este cambio de switch, Andrés se mantiene encerrado en su casa, a punta de conference call. Una rutina que cambió por el trabajo presencial en su oficina de Manhattan y que complementa con el monitoreo del colegio remoto de sus hijos (9 y 5 años), Netflix, lectura, conversación y Zoom.
-¿Qué dice tu familia con este cambio de vida que se aproxima?
-Están conten-tristes. Felices de estar con la familia y los amigos en Chile, y tristes por dejar atrás nuestra vida acá en NYC. Pero todos con la camiseta puesta en esta nueva aventura.