Patricio Valenzuela, académico del área de Finanzas y Economía del Departamento e investigador del Instituto Milenio MIPP, conversó con Miradas MIPP sobre cómo la economía nacional puede enfrentar los conflictos internos y continuar liderando la región. El panorama actual es complejo, ya que el país enfrenta un escenario agravado por la crisis sanitaria, por lo que Valenzuela, experto en finanzas corporativas, la economía financiera, las finanzas internacionales y la economía del desarrollo, considera pertinente analizar el impacto de los bonos soberanos y su rol de apoyo en esta crisis.
-¿Qué objetivo tiene la emisión de bonos soberanos? ¿Cómo funcionan?
-Un bono soberano es un bono (instrumento de deuda) emitido por un Gobierno. El objetivo de la emisión de un bono soberano es la obtención de fondos por parte del Gobierno para financiar servicios gubernamentales, reformas estructurales u otras políticas públicas, como así también financiar déficits fiscales. En el contexto actual, los bonos soberanos de Chile son un instrumento útil para financiar los costos asociados a la crisis sanitaria y económica que enfrentamos.
-Una de las propuestas que hizo la Mesa Social COVID-19 fue de que el fisco hiciera una fuerte emisión de bonos soberanos de unos US$ 15.000 millones (5% del PIB). ¿Es un buen momento para que Chile se endeude?
-Sí. En las últimas dos décadas, y especialmente con la implementación del balance estructural del Gobierno Central desde el año 2001, Chile se ha caracterizado por tener una política fiscal responsable que le ha permitido tener bajos niveles de deuda neta para estándares internacionales. Los actuales niveles de deuda de Chile permiten que el Gobierno pueda emitir una nueva deuda, con el objetivo de disminuir los efectos perniciosos de la crisis económica asociada a la pandemia sanitaria.
-¿Ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) o bonos soberanos? ¿Que debería preferir el país?
-El Gobierno de Chile tiene la solidez financiera suficiente para poder obtener financiamiento directamente de los mercados internacionales de deuda. Probablemente, de esta manera puede financiarse a un menor costo sin tener que asumir compromisos con ningún organismo internacional.
-¿Es el endeudamiento “la única salida”?
-Si el Gobierno no inyecta fondos para reactivar la economía, es probable que los efectos de la crisis económica perduren en el mediano y largo plazo; afectando con ello el empleo, las ventas y, finalmente, la recaudación de impuestos fiscales. Esto significa que un mayor endeudamiento del país podría ayudar a paliar la situación financiera del país y del Gobierno, en comparación a un escenario donde el Gobierno no actúa.
-¿Cómo se estiman esos valores (5% del PIB) y cuáles son los márgenes para que se considere como una medida riesgosa?
-El año 2019, la deuda bruta del Gobierno Central de Chile fue de 28% del PIB, mientras que su deuda neta alcanzó el 8%. Si bien estos indicadores han ido al alza en la última década, aún son bajos para estándares internacionales de países emergentes y desarrollados. De aquí que un 5% adicional no representa un aumento riesgoso dado el contexto global. Recordemos que, de acuerdo a S&P, la clasificación de riesgo de largo plazo en moneda extranjera del Gobierno chileno es de A+, lo que representa que Chile tiene una buena capacidad para cumplir con sus obligaciones financieras.
-¿Qué ventajas relativas tiene Chile con respecto a otros países de la región para inclinarse por los bonos soberanos?
-Chile tiene un bajo nivel de endeudamiento y una alta calificación de riesgo, lo que implica dos ventajas respecto a los otros países de la región. La primera es que tiene cierto grado de libertad para aumentar su nivel de endeudamiento, sin afectar significativamente su probabilidad de default. La segunda es que el premio por riesgo, por sobre las tasa libre de riesgo, aún es relativamente bajo. Esto indica que la tasa que debe pagar el Gobierno de Chile a los inversionistas, es decir, la tasa a la que se endeuda, también es relativamente baja. Recordemos que la tasa de un bono refleja el riesgo asociado a la probabilidad de default (no pago de la deuda) y la liquidez de dicho bono.
-Y si damos una mirada general de Latinoamérica, ¿cuál sería su apreciación?
-En la región, Chile y Perú son los países que tienen un mayor acceso a los mercados internacionales de deuda y un mayor margen para compensar las consecuencias económicas de la pandemia. Además, superan a la mayoría de sus pares regionales con posiciones fiscales más débiles. Argentina está al borde de un default, Ecuador tuvo que retrasar los pagos hasta agosto para no caer en mora, y Brasil enfrenta una gran incertidumbre en medio de las disputas de su Presidente con profesionales de la salud y gobernadores respecto a cómo enfrentar la crisis sanitaria.
-Para finalizar, ¿qué consecuencias (positivas y negativas) conlleva la emisión de estos bonos para el país?
-Las consecuencias negativas son un mayor endeudamiento del país. Sin embargo, este endeudamiento tiene por objetivo mitigar los efectos negativos de la crisis económica que estamos enfrentando y, por ende, evitar una peor situación financiera del Gobierno en el largo plazo por no haber ayudado a la reactivación de la economía. En mi opinión, se podría realizar ya que es un endeudamiento responsable.
Fuente: Miradas MIPP, Instituto Milenio MIPP