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Campaña de inmunización contra el virus sincicial: el fundamental aporte de académicos de nuestro departamento

Leonardo Basso

Marcel Goic

Denis Sauré

Charles Thraves

A partir del 1 de abril, nuestro país inició campaña de administración del fármaco Nirsevimab, anticuerpo que entregará protección inmediata a los lactantes menores de seis meses (nacidos desde octubre de 2023) contra el Virus Respiratorio Sincicial (VRS).

Gracias al trabajo realizado por un grupo de nuestros académicos integrado por Leonardo Basso, Marcel Goic, Denis Sauré y Charles Thraves -equipo al que también se suman los investigadores jóvenes Natalia Trigo y Gonzalo Díaz-, nuestro país es pionero en la administración de este anticuerpo monoclonal (de protección inmediata, que tiene una duración de cinco meses y es distinto de una vacuna, cuyo fin es generar anticuerpos) que se espera ayude a prepararnos para un invierno que se prevé complejo en términos de virus respiratorios. Un medicamento que es segunda generación del Polivizumab, fármaco que tiene el mismo efecto, pero que es seis veces más caro y que debe inyectarse mensualmente.

“A sólo siete meses de su implementación en cuatro países desarrollados del hemisferio norte, Chile es el primer país del hemisferio sur en inmunizar y proteger a sus lactantes menores de seis meses”, destaca Leonardo Basso, académico de nuestro departamento y director del Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI).

Se trata de una priorización de dosis para nuestro país, cuenta Basso, que se logra por la confianza de los productores en las capacidades de nuestros investigadores -a través del centro de investigación ISCI- para optimizar su implementación y aportar información robusta sobre su impacto, “lo que será relevante para el resto del mundo”, proyecta Basso.

Trabajo colaborativo

La participación de nuestros expertos en esta campaña se remonta al trabajo realizado durante la pandemia de COVID-19, emergencia sanitaria en la cual realizaron previsiones de contagios; “esencialmente de urgencias y de hospitalizaciones durante las campañas de invierno”, contextualiza Denis Sauré, académico de Ingeniería Industrial e investigador del Instituto ISCI.

Fruto de esta experiencia, el Ministerio de Salud -en particular, el DEIS (Departamento de Estadísticas e Información de Salud) dependiente de la Subsecretaría de Salud Pública- comenzó a trabajar en conjunto con investigadores de nuestro Departamento y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, instancia en la cual llevó a cabo el estudio de impacto y costo-efectividad que permitió demostrar las indiscutibles ventajas que tendría una adopción temprana de inmunización para los menores de seis meses con este fármaco.

“En 2019, 2022 y 2023 hicimos un estudio de eficacia para determinar su costo-efectividad y de ahí salieron los números”, circunscribe Sauré.

Para ello, hicieron un simulacro sobre lo que hubiese pasado si el país hubiera administrado el Nisermivab en esos años y mostraron su costo-eficiencia, considerando los costos directos. Esto es, que los costos de adquisición son menores a los ahorros directos que se generan en la red.

“Este trabajo colaborativo ha demostrado la importancia de trabajar conjuntamente entre distintos actores. Por un lado, tenemos la interacción entre centros de investigación y el Estado, que permite que los últimos avances científicos y metodológicos puedan adaptarse a los requerimientos y condiciones propias del país. Por otro lado, el trabajo se ha caracterizado por desarrollarse en forma multidisciplinaria, complementando visiones de médicos, ingenieros salubristas públicos y disciplinas asociadas que definitivamente permite tener una visión más completa de fenómenos complejos”, explica Marcel Goic, académico de Ingeniería Industrial quien, durante la pandemia, trabajó estimando la capacidad de camas críticas.

Agrega: “Partimos colaborando en la planificación de capacidad de camas críticas en el contexto de la pandemia y los esfuerzos migraron naturalmente a la preparación de capacidad de las campañas de inviernos. En esta última etapa hemos orientado nuestros esfuerzos no sólo a responder a la demanda por servicios, sino que también a buscar mecanismos que permitan anticiparnos a las enfermedades respiratorias, disponibilizando recursos para otras necesidades de salud.

Los números

El estudio realizado por nuestros investigadores cuantificó cuál hubiera sido el impacto en atenciones de urgencias y hospitalizaciones si se hubiese utilizado el fármaco Niservimab desde el año 2019 en adelante. Si ese año se hubiese inmunizado a todos los niños y niñas menores de seis meses, como se hará este 2024, sólo se habría requerido un máximo de 96 camas para menores de 2 años por causa de VRS. Esto, en vez de las 253 que se necesitaron, generando una disminución de 157 camas en el peak de contagio por este virus. Asimismo, en 2023 se hubiese requerido un máximo de 279 camas en vez de las 520 que se requirieron.

“Esto demuestra no sólo una enorme mejora para la salud de nuestros niños y niñas, sino que, además, un significativo menor estrés para nuestra red asistencial”, afirma Basso.

Charlas Thraves, académico de Ingeniería Industrial que también integra el grupo de investigadores, destaca las herramientas que utilizaron.

“Entre ellas, estadísticas, modelamiento, optimización y probabilidades que permitieron concretar una necesidad en una aplicación real”, indica Thraves.

Con estas mismas herramientas, la idea ahora es monitorear el comportamiento del Virus Respiratorio Sincicial (VRS) en nuestro país. Entre las primeras acciones, nuestros investigadores enviarán un paper sobre el estudio de costos de vida y un análisis de las causas del VRS en Chile.

También trabajan con el Ministerio de Salud para hacer un seguimiento de los resultados de la inmunización y no descartan que en dos o tres meses cualquier usuario se pueda meter a la página de DEIS y monitorear cómo evoluciona esta campaña y disminuye la hospitalización por VRS.

 

Fotos: Ministerio de Salud